Experiencia única
El
sábado por la noche en el Estadio Gigante de Arroyito, Los Pumas culminaron su
participación en el Rugby Championship. Fue derrota ante Australia 25 a 19 por
la sexta y última fecha del inédito torneo. También allí, bajó una interminable
ovación, se dio el retiro del rugby del histórico Rodrigo Roncero quién disputó
en Rosario su Test Match número 55.
Todo
desbordó en Rosario. Calles, hospedaje y adyacencias al estadio. Los amantes de
la ovalada se hicieron presentes desde temprano en nuestra ciudad, ya que muchos
se acercaron desde lejanos lugares del país para presenciar el último encuentro
de Los Pumas en el Rugby Championship.
Cerca de
una hora y media antes del kick off, la capacidad del Gigante estaba colmada.
La sobreventa de entradas era un hecho. En las populares la gente se agolpaba,
y el mal estar comenzaba a acrecentarse. Mucho de los espectadores, mal
acostumbrados por cierto, pretendían seguir estando sentados hasta el comienzo
del partido. Algo impensado con la cantidad de gente que aún estaba afuera.
Faltaba
cada vez menos y los equipos se hacían presentes en el campo para realizar sus
respectivas entradas en calor. Sin dudas hubo un jugador que se llevó todos los
aplausos, fue ni más ni menos que el eterno “Rorro”. Si, Rodrigo Roncero, quien “calentaba”
por última vez.
Las
agujas pisaban las ocho, y la hora de los himnos llegaba. El fervoroso público
alentaba previamente, hasta que el ex Puma y barítono, Omar Hassan, comenzara a entonar el himno australiano. Con
respeto pasó el “Amicus” (Amigo), nombre de la canción símbolo de los Wallabies.
Luego, llegaría la hora del Himno Nacional Argentino, donde las pieles comenzaban
a erizarse y el clásico coreo introductorio sonaba al unísono en todo Arroyito.
La ceremonia previa había cesado, y la hora de la verdad debía
materializarse. ¡Y arrancó no más! El kick off le daba inicio al último partido
del Rugby Championship en su flamante edición. Desde las tribunas se podía
apreciar ese aliento particular que hacía soñar a todos con la hazaña del
primer triunfo en el torneo. Era el clásico: “Vamos Pumas vamos, pongan huevo
que ganamos”.
Apenas iniciado el juego, se pondría en ventaja la visita con un
penal del fullback Mike Harris a los 2’ minutos de juego. Esa misma acción,
volvería a repetirse 5’ minutos después para poner las cosas 6 a 0 para
Australia. Las infracciones comenzaban a ganar terreno en la noche rosarina, y
no solo era Argentina quien las cometía. A los 11’ llegaría el descuento tras
un penal acertado por Juan Martín Hernández.
Los Pumas cometían penales en su propio campo y le permitían a
Australia aumentar su marcador con patadas a los palos, en una cancha que en
cuanto a sus dimensiones era casi ideal para intentar acertarle a las “H” desde
cualquier posición que normalmente suele ser lejana.
Con el correr de los minutos, el ping pong de las patadas a los
palos no cesaría. A los 15’ y a los 24’ Harris sumaría de a tres para los
Wallabies, mientras de Hernández haría lo propio para los dirigidos por Phelan.
Hasta allí el partido transitaba en el campo argentino. La posesión
era claramente de los australianos que aprovechaban las infracciones argentinas
y se ubicaban en las proximidades del in goal Puma. En consecuencia, sería a
los 28’ donde Australia estiraría ventajas nuevamente con otro penal de Harris,
pero rápidamente “Juani” Hernández lo imitaría sumando tres para la Argentina.
A poco del final de la primera etapa, el juego se había emparejado
y la fluidez e intermitencia del mismo era una constante. Finalmente, 15 a 9
para la visita sería el resultado arrojado en los primeros 40’. Argentina pecó de penales tontos en demasía, y los pagó
caro.
Ya en el complemento, el partido se tornaría más dinámico. Y entre esa dinámica, Argentina tomaba
posición de ataque y muchas veces quedó desprotegida en defensa. En una de las
arremetidas Wallabie, el wing Digby Ioane encuentra un hueco luego de un pase
interno de Kurtley Beale y culminó su carrera debajo de los palos. Sumada la
conversión de Harris, las cosas quedaban 22 a 12 y “Tati” Phelan comenzaba a realizar modificaciones.
Entre los tantísimos cambios, estuvo el de Juan Imhoff por Horacio
Agulla a los 27’. Se lo destaca, ya que con 10 minutos en cancha, el hábil wing
ex Duendes convirtió en try el ataque más contundente de Argentina luego de
varias fases en zona de factura por parte de Los Pumas. La conquista llegaría
luego de un ruck donde Juan terminó en el piso y de allí mismo sus compañeros
lo apoyaron para que logre apoyar y desatar el delirio en su ciudad natal.
Con la conversión se Bosh, que anteriormente había sumado un penal, la chapa marcaba 12 a 25, a favor de Australia. Aún quedaba la última, pero sería otro penal para los Wallabies que lo mal obrarían y dejando la pelota en cancha harían ilusionar al pueblo argentino con un contraataque salvador que nunca pudo llevarse a cabo. El partido terminaría 25 a 19, pero Los Pumas, una vez más, murieron de pie.
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